Pages

19 de abril de 2014

En 2015 tendrá que ser.

Ya había dado el paso definitivo que era decírselo a mi madre. Alucino, me ha contestado "¿Sí? ¿La India? Pues ya puedes ahorrar ...". ¿Cómo? ¿Nada de muerte inminente y peligros sin parangón? ¿Ningún "pero hija tú estás loca"? ¿Nada?. He alucinado en colores. Allí donde el Ministerio de Asuntos Exteriores ve enfermedades terminales, atentados terroristas, robos con violencia y violaciones aseguradas, mi madre sólo ve un problema económico. ¡Bien!.

Y, sin embargo, este año no va a poder ser. Resulta que una de las múltiples vacunas que me tengo que poner es la de la hepatitis y se necesita un mínimo de 6 meses entre las dos dosis para que sea efectiva. Pero en dos semanas pienso ir al centro de vacunación a empezar con todas las vacunas para estar lista. Del 2015 no pasa que yo vaya a La India. Estoy 100% convencida ya.

Ahora necesito un plan B para septiembre. Porque me he ganado otro pedazo de viaje con estas semanas de curro ¡¡y lo pienso tener!!.

Esta semana ha sido semana de toma de decisiones. La primera la que acabo de posponer xDDD La segunda es la de frenar un poco el ritmo (¿cuántas veces he dicho esto? xDDD). El otro día cuando llegué a casa a las mil después de recoger a Rubs en el aeropuerto, nada más entrar por la puerta y ver a mi madre solté un "mamá el año que viene me tengo que plantear esto de otra forma porque voy a explotar como una palomita de maíz".

Preparar a opositores está siendo una experiencia positiva pero a la vez muy dura ... estoy hecha polvo y me he pasado la semana santa currando como en mi época de opositora. Y la culpa la tengo yo porque deberia conocerme, saber cómo me tomo las cosas y hasta dónde las llevo y, en base a eso, haber planificado las cosas de otra forma. Pero bueno, de todo se aprende, y el planteamiento para el año que viene  va a ser muy diferente.

Así que despido esta semana de decisiones con mi particular homenaje a Gabriel García Márquez. Sus historias podían gustarme más o menos pero tenía una forma única de contarlas, ¡mágica!. Y nos deja frases de esas que conviene repetirse de vez en cuando. Gracias por esto.

  • Sólo porque alguien no te ame como tú quieres no significa que no te ame con todo su ser.
  • Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría "Te quiero" y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
  • Ninguna persona merece tus lágrimas y quien se las merezca no te hará llorar.
  • Un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo cuando ha de ayudarle a levantarse.
  • Quizá Dios quiere que conozcas a mucha gente equivocada antes de que conozcas a la persona adecuada. Para que, cuando al fin la conozcas, sepas estar agradecido.
  • Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas.
  • La vida no es la que uno vivió sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla.
  • Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre.
  • Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuánto te quiero, que nunca te olvidaré.

Y mi favorita: 

No llores porque terminó ... sonríe, porque sucedió.


14 de abril de 2014

The person you could have become.

Me ha vuelto a pasar. El cargarme con mil cosas y querer que todas estén controladas y salgan perfectas. Hoy ha habido un momento de STOP. Para un poco y sal a darte un paseo para desconectar. Me he ido a dar una vuelta por mi parque favorito pero no ha servido de nada ... iba escuchando música e intentaba no pensar más que en tranquilizarme pero, sin quererlo, mi cerebro acababa pensando "mañana tengo que hacer ...", "esto no lo tenemos bien controlado", "ahora que lo pienso en el curro no hemos hecho tal ... ", "antes de que vuelva mi jefa tengo que hacer cual ... ", "luego cuando llegue a casa tengo que corregir", "y que no se me olvide hacer el resumen", "y no he planteado el siguiente simulacro". Hasta que noté a mi cerebro haciendo PLOP y tuve que decir en voz alta "¡Bueno ya!" y sentarme en un banco desconectando de verdad viendo el paisaje. ¿Cómo puedo estar rodeada de algo tan bonito y no verlo?.


Supongo que fue en ese momento cuando tomé la decisión. Llevo ya varios meses con la idea rondándome pero no llego a decidirme porque, no nos engañemos, me da miedo. Hoy después de estar aquí sentada juro que llegué a casa completamente decidida. Pero luego cometí el error de meterme en la página de asuntos exteriores y otra vez vuelvo a dudar ... Pero sé que hoy algo se ha encendido en mi cabecita y me temo que es cuestión de tiempo que me atreva...


¿Por qué? A ratos por mil motivos y a ratos por ninguno. Por curiosidad, por atracción, por vencer miedos, por aprender a tomarme las cosas de otra manera, por cambiar, por relativizar, por madurar y dejar de ahogarme en vasos de agua, por ver otra realidad, por belleza, por enfrentarme cara a cara con mi querida amiga y con gente que sabe aceptarla y que incluso la espera con tranquilidad, por ver si soy capaz de aguantar la dureza, por cultura. Por todo esto lo quiero y por culpa de todo esto me asusta. Bueno, eso y el hecho de ir sola, por supuesto.

Y me temo que tarde o temprano lo haré. Porque en el fondo, si queremos hacer algo o admiramos a la gente que hace algo, deberíamos ser capaces de apartar nuestros miedos ¿no?. Hace unas semanas vi una frase que me gustó mucho:

"Someone once told me the definition of Hell: 
The last day you have on Earth,
the person you became will meet
the person you could have become".

En mi último día a mí me gustaría encontrarme simplemente conmigo misma, en plan "Ola k ase? Anda que no te lo has pasado bien ¿eh? Anda que no has vivido y anda que no te has atrevido".

En fin ... malditos miedos, malditas dudas.

Si no conocéis la banda sonora de "El exótico hotel Marigold" y 1) os molan las bandas sonoras y 2) os gusta la música india, no os va a dejar indiferentes.


Long Old Life
The Best Exotic Marigold Hotel Soundtrack

¡Buena semana!.

6 de abril de 2014

De los monstruos sudorosos y de las anticitas.

Estoy hasta arriba. Una prueba clara es que lleve tanto tiempo sin escribir chorradas en mi blog. Todo empezó hace unas semanas cuando decidí empezar a preparar a opositores para el cuarto examen. Es algo que me motiva, creo que no se me da mal y además es una forma de sacar algo de dinero extra mientras pago mi casa.

Pero claro, si quieres hacerlo bien (y yo en mi línea de perfección autodestructiva no quiero hacerlo bien, ¡quiero hacerlo genial!) supone muchísimo trabajo. Mis días se basan en trabajar, plantear supuestos, resolver mis propios supuestos, resolver dudas por mail, teléfono o whatsapp, corregir supuestos, dar clases de 4 horas 3 días a la semana y, por fin, meterme en la cama, cerrar los ojos ... ¡y soñar que doy clase!.

Todo esto me deja con 10 minutos libres para ir al grano y contar dos anécdotas que me han pasado esta semana.

La maldición del monstruo sudoroso.

Algo muy malo debi hacer en otra vida para que todos los días se me coloque al lado en spinning el monstruo sudoroso.

El monstruo sudoroso es un ser humano de, pongamos, 1.90, con sobrepeso y que suda. En cantidades ingentes. Sin control. A lo loco. Suda como si no hubiera un mañana. Hasta aquí podéis pensar "bueno, ¿quién no suda en el gimnasio?" O voy más allá, "¿quién no suda en spinning?". Las cosas nunca son tan fáciles. El monstruo sudoroso, además de sudar:

  • Tiene una única camiseta y unas únicas mallas, ambas de material no transpirable, que usa todos los días de la semana, con el correspondiente olor a L'eau de Berraco.
  • Cuando hace esfuerzos en la bici suelta unos alaridos guturales rollo preorgásmico de lo más repulsivo.
  • Como suda tanto, es tan grandote y se te coloca tan cerca, te riega con su sudor. Además deja un charco enorme bajo su bici.
  • El otro día, además de sudor, expulsaba también babas y mocos.
  • Llega a la clase en modo trampa, cuando ya ha empezado. Entonces se te coloca al lado y tú, que ya tienes el ritmo cogido, no puedes parar, bajarte y cambiarte de sitio. 

Pero lo peor, lo que me hace odiarle con toda mi alma, es que el tío no hace caso al profesor y, cuando éste dice que dejemos de pedalear de pie para bajar pulsaciones, ¡el monstruo sudoroso sigue arriba! ¡y subiendo la resistencia de la bici! ¡Para sudar más! Y cuando se termina la clase y estamos todos relajados haciendo estiramientos, sólo hay una bici que sigue sonando, ¿adivináis cuál? ¡El tío sigue pedaleando aunque la clase ya ha terminado para seguir perdiendo líquido!. ¡Que se marcha el profesor, se marchan los alumnos y el tío sigue en la bici! ¡Que probablemente hoy a esta hora en este mismo instante estando el gimnasio cerrado fijo que ha conseguido entrar y seguirá sudando en la bici!. 

Entonces mi duda es: para ir y no hacer caso al profesor y simplemente meterte a sudar al resto, ¿por qué no te coges una bici normal en la sala de máquinas en vez de venir a spinning?.

Supongo que esta pregunta es parte de su leyenda, la leyenda del monstruo sudoroso, y nunca será respondida.

La anticita.

El otro día quedé con uno de los opositores a los que preparo en un starbucks. Sí, así de cutre. Mientras no tenga casa, es lo que hay, si bien he de decir que las clases con un chai latte pasan mejor. Lo que pasa es que también tiene sus desventajas. Cuando llevaba un buen rato dándole una animada charla sobre los diagramas y la ley de protección de datos, me fijé en que todo el starbucks nos estaba mirando fijamente.

De repente fui consciente y vi la escena con los ojos de esta gente. Desde fuera bien podíamos parecer una cita, sobre todo después de saludarnos en plan cortado porque era el primer día que nos conocíamos. Entonces si pensaban que era una cita ... ¿en qué lugar me dejaba a mí con mi chapa sobre metadatos?  

Porque la gente es una cortada que si no, aprovechando un momento en que le dejé solo para ir al baño, bien podían haberse acercado a mí y decirme ... "Esto ... así no vas por buen camino ¿el registro?¿estimación de recursos? Así no, mujer ..."

O si no acercándose a él en plan: "Muchacho ... ¡sal de aquí YA!".

En definitiva, que todos los jueves de 18 en adelante me toca ... ¡una anticita!. 

Me despido con una canción de Depeche Mode que pusieron el otro día y que me ayudó a superar la compañía del monstruo sudoroso:


¡Buena semana!