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20 de julio de 2014

10 días en Noruega

Ya he vuelto del primer viaje de mi verano: Noruega. Han sido 10 días cargados de emociones la verdad, unas buenas, otras menos buenas y otras acompañadas de lecciones. En cualquier caso, como es complicado plasmar en una entrada todo, me quedo con las mejores sensaciones del viaje.

DONDE NUNCA ANOCHECE.

En esta época en Noruega llegan las 23 de la noche y aún es de día. Para mí esto es maravilloso. No tanto para mis pobres compañeros de aventura, que recurrían desesperados a antifaces y todo tipo de artilugios para poder dormir. En mi caso, mis capacidades de marmota me permitían dormir cuando quería y aprovechar al máximo todas las horas de luz.

Esta foto la tomé a las 23.30 de la "noche"


TROLLTUNGA.

El reto del que hablé fue superado :) Increíble pero cierto, ¡logré subir! Pero me costó sangre, sudor, lágrimas, picaduras de mosquito tigre, barro hasta en las uñas de los pies y una rodilla. Yo no soy nada montañera y, si no has hecho montaña en tu vida, la subida a Trolltunga no es una chorrada de trekking.

Pero al final, afortunadamente, recuerdo más las sensaciones que tuve cuando llegué a uno de los sitios más espectaculares que he visto nunca, que las penurias que sufrimos, que no fueron pocas. Hubo momentos verdaderamente angustiosos, sobre todo en la bajada. Me empezó a doler la rodilla a lo bestia a los 11 Km y aún nos quedaba toda la vuelta (otros 11 Km) y los tuve que hacer apoyándome en los bastones como si fuera una muleta. ¡Sweeeeeeet! Hubo un momento en el que se me saltaban las lágrimas porque veía que no podía bajar más rápido porque me dolía muchísimo y que se nos acababan las horas de día. Sólo de imaginarme caminando por allí de noche ... En fin.

El último tramo fue demencial. Oscuro, una pendiente tremenda y llena de barro (ah sí, ¿olvidé mencionar que encima nos cayó el diluvio universal por la mañana?) y nosotros tensos, sin hablar y resbalándonos cada dos por tres. En ese momento yo pensaba "no merece la pena, no merece la pena". Pero no es cierto, siempre recordaré esto:

¡Soy yo!

EL EQUIPO TROLLTUNGA

Entre nuestro grupo había montañeros y no montañeros. Al subir a trolltunga, los no montañeros (entre los que evidentemente me incluyo) no podíamos seguir el ritmo del resto y al poco de empezar la ruta  nos separamos, constituyéndose de esa forma "El equipo Trolltunga". Fuimos juntos durante todo el camino, ayudándonos, dándonos ánimos, protegiéndonos y motivándonos cuando las fuerzas flaqueaban. Aguantaron mi ritmo de coja en la bajada tranquilizándome y preocupándose por mí y puedo decir sin dudar que, sin ellos, no habría podido llegar a Trolltunga y por eso les estoy muy agradecida. Les quiero mucho a los dos.

Juanlu, Pati y yo: ¡equipo Trolltunga!

Pati y yo haciendo el moñas en la lengua del troll.

SEVEN ELEVEN EN STAVANGER.

En Stavanger hubo un momento en el que un amigo y yo perdimos al resto del grupo. Les estuvimos buscando un buen rato pero no les encontramos así que al final nos metimos en un seven eleven a esperarles. Fue un momento especial porque tuvimos una conversación bastante profunda que me ha hecho aprender cosas de mí, de mi forma de catalogar a las personas y que me ha hecho decidir que no quiero y no debo caer en el juicio rápido y superficial.

Yo antes conocía a una persona y la clasificaba: "superficial" o "listillo" o "chulo" o "pesado". Pero ahora no lo hago, ahora me planteo qué hay detrás, qué pensamientos pueden llevar a una persona a comportarse de una determinada forma: inseguridades, nervios ... Casi siempre son inseguridades. Ojalá lo hubiera hecho así siempre pero de eso va crecer y madurar, supongo. Lo aplicaré a partir de ahora.

Stavanger, me recuerda a una portada de Los Beatles


UNA PORTUGUESA EN NORUEGA.

Durante tres días geniales nos alojamos en un sitio completamente idílico, el hotel-spa Velvaere, en Hjelmeland o Homeland para los amigos: http://www.visitnorway.com/es/Product/?pid=64564 y una de esas tardes hicimos una barbacoa a orillas del fiordo.

Hjelmeland

Al rato se nos acercó una chica y se quedó con nosotros un rato. Era una portuguesa (no le llegué a preguntar su nombre, mal mal mal) que llevaba 8 años viviendo en Noruega. ¿Por qué Noruega? Siempre lo había tenido claro, era su sueño vivir allí y lo había conseguido. Fue una charla interesantísima. Me encantó, de lo más bonito del viaje. Y ello me hace reafirmarme, cada vez me apetece más conocer a la gente de los sitios a los que voy, dejando a un lado esa timidez boba que tengo. Espero tener la misma oportunidad en India.

Me ha gustado Noruega, claro que sí, aunque reconozco que Nueva Zelanda ha puesto el listón muy alto y ahora no me impresiona cualquier paisaje. Sólo por Trolltunga ha merecido la pena, es un sitio increíble.

Me despido con unas fotos y una canción que sonó en una ocasión durante el viaje y que me encantó. Ahora siempre que la oigo me recuerda a Noruega :)

Who's gonna save my soul?