Pages

26 de enero de 2016

El tiempo entre colirios

He vueltooooo.

El 7 de enero, después de pasar una mañana recibiendo a distintos compañeros en el despacho que venían a contarme amablemente cómo a un amigo de un amigo le dejaron peor de lo que estaba o cómo la cuñada del hermano del amigo del fistro de la trócola salió sin ojos, me encontraba yo en la sala de espera junto a mi madre para ser operada de la miopía.

Episodio 1: la operación.

Aquello parecía la panadería. Cada 15 minutos más o menos aparecía una chica en plan "¡siguienteeeee!" y vamos, porque iba vestida de médico que si no, lo que os digo, que te dan ganas de contestar "me vas a poner una rosca que no esté muy doradita".

Cuando me quise dar cuenta me pasaron a una sala y me comunicaron que me iban a poner una anestesia. Claro, yo estaba acostumbrada a otro tipo de anestesia aguja XXL incluida, pero aquí vienen con unas gotitas que te echan en cada ojo e inmediatamente te dicen "pasa a quirófano". ¡Pero si no me habrán hecho efecto! ¡Pero que voy a notarlo todo! ¡Pero... pero... pero! Pero nada, a tumbarse en una camilla más tensa que Doraemon pasando el control del aeropuerto.

Enseguida me colocaron una máquina encima (el láser, para los amigos) y me dijeron que mirara una lucecita verde. Yo la miraba encomendándome a todos mis ancestros. Y nada, empieza el festival. Te ponen un aparato que me recordaba a un rizador de pestañas para abrirte el ojo pero no era como el de la naranja mecánica que yo me había  imaginado los días previos a la operación, era realmente cómodo porque te ayudaba a abrir el ojo pero te permitía pestañear con facilidad. A continuación te echan un líquido y te dicen "esto te va a escocer un pelín". No me escoció nada, ya decía yo que con esta anestesia en modo gota instantánea no había nada que temer xDDD. Luego empecé a ver cómo acercaban un bisturí y hacían movimientos sobre mi ojo pero claro, como no sentía absolutamente nada (de nuevo, god bless la anestesia) pues parecía que la peli no iba conmigo. Ni me inmuté, de verdad. Yo veía lucecitas y no notaba nada más. Y en menos de lo que se dice "córnea" ya habían terminado con el primer ojo. Y yo "¿pero yaaaaa?". "Sí, ya está, vamos con el otro". Buah y con el otro ya me vine arriba, vamos que no guiñé el ojo con aire de chulería mientras me lo hacían porque las circunstancias no invitaban a ello que si no... xDDD

Y ahí salí yo tan pancha a la sala de espera donde estaba mi madre. Mi madre se esperaba que saliera por lo menos en camilla (madres, qué ricas son) y cuando me vio salir por mi propio pie, sonriendo y con los ojos tal y como entré pues alucinó en colores.

Episodio 2: el momento en que te vienes arriba.

Esa tarde-noche la pasé bajo los efectos de la anestesia (en serio, ¿qué mierda le echan a esas gotas?) así que todo fue un despliegue de "buah, esto no es nada", "me operaría 3 veces más", "decían que era molesto pero no es para tanto" y un sinfín de frases similares que, no es por nada, invitan a que el ser espiritual superior que vea nuestra vida mientras come palomitas sabor mantequilla diga "¿ah sí bonita? ¡pues toma!".

Episodio 3: ¿ah sí, bonita? ¡Pues toma!.

A la mañana siguiente mi madre, ya ejerciendo plenamente su nuevo rol (COLIRIATOR) apareció en mi habitación armada con uno de los 2 botes de colirios que me tenía que echar. "Venga abre el ojo". Y yo "voy". Y en esto que yo juro que envié la orden a mi cerebro jajaja. Mira, aquello no se abría ni de palo. Casi no podía abrir los ojos y si los abría inmediatamente me caían unos lagrimones por las mejillas que ni viendo "la vida es bella".

La sensación era como de tener cristales dentro del ojo todo el rato. Muy agradable.

Durante los 3 siguientes días me convertí en una especie de ameba con gafas de sol. Tirada en el sofá, secándome los lagrimones y durmiendo como una marmota. Era como los abuelillos que se van quedando dormidos a ratos y claro mi madre no sabía cuándo dormía y cuándo no porque no me veía los ojos con las gafas de sol. Me decía "yo te hablo y ya si veo que no te mueves ni dices nada pues asumo que ya te has quedado dormida otra vez". Sólo respondía a 5 estímulos, a saber:

  • Comida (demasiada comida).
  • Música (no sé qué haría sin ella). 
  • Podcasts (me he enganchado sin remedio). 
  • Ataques de Coliriator. 
  • Los audiomensajes de mis amigos en whatsapp (más monos todos, ¡os quiero mucho!).

Episodio 4: pensamientos existenciales.

Claro con este nivel de actividad pues te dedicas a pensar y pensar, ¡si es que no puedes hacer otra cosa!. Empecé con mi vida sentimental que bueno, como ya estaba llorando de forma natural por la cicatrización pues nada, eso que ya llevé adelantado. Continué con mi vida laboral y mis sueños tipo cuento de la lechera. Otra noche, como ya había exprimido mucho el presente, ¿por qué no recordar el pasado? ¡Súper útil todo! Y así muchas noches, demasiadas, la verdad es que terminé harta y por eso ahora estoy hiperactiva.

Episodio 5: pero ya verás de puta madre, ¿no?.

Sin entrar en detalles técnicos, médicos y escabrosos básicamente hay dos tipos de operaciones de vista: la guay (LASIK) y la coñazo (LASEK/PRK). No es todo tan así y la LASEK tiene sus ventajas pero a cambio, mientras que con LASIK en 2 días estás bailando la conga, con LASEK estás tirada en el sillón replanteándote tu existencia con la sensación de tener dos cebollas incrustadas en el ojo. 

Claro lo malo es que la más conocida es LASIK y hace años la única que se hacía. Entonces pasamos a esta recopilación de... Frases que nos encanta oír a los operados con LASEK en nuestra primera semana:
  • Pero entonces ya verás de puta madre, ¿no?
  • ¿Todavía no ves bien? Y... ¿te han dicho si es normal? 
  • Pues yo me operé y a los dos días ya veía. Qué raro lo tuyo la verdad.

Y no, no sólo no ves bien de lejos, tampoco ves bien de cerca. Así que te encanta escuchar este tipo de cosas xDDD.

Episodio 6: cuando te incorporas de la baja y ...


A la semana de operarme me  incorporé al trabajo y si tu trabajo requiere usar ordenador ¡vas listo! No veía un pimiento jajaja. El caso es que cuento mi evolución por si por casualidad entra algún operado que, como yo hace unos días, esté buscando desesperadamente saber que esto es normal.

A los 10 días de haberme operado de lejos seguía viendo borroso y de cerca también mal, sobre todo ordenadores, móviles... todo lo que tenga brillo. Y los ojos muy secos, con gotas cada dos por tres.

A los 20 días de haberme operado fue el primer día, remarco, el primer día que realmente noté una mejoría. Veía muchísimo mejor de lejos y de cerca también, pero aún no perfecto.

Y aquí estoy, por lo que me han dicho amigos que se han operado y el mismo médico, me quedan dos semanas aún de seguir recuperando. También noto que si un día no cojo el ordenador, al día siguiente estoy mejor. En cambio, si lo uso mucho (véase, curro) pues al día siguiente veo borroso por la sequedad del ojo.

En fin, esto es una prueba de paciencia y, como yo soy un culo inquieto, pues me ha costado estar tranquila pero la verdad es que cuando antes de ayer di un paseo con mi madre y de repente miré a lo lejos y lo veía todo tan nítido, me pareció una sensación increíble. Hace 15 años que no veía bien sin gafas, increíble de verdad :)

Ahora a seguir recuperando, la vista ... ¡y el tiempo perdido en mi semana vegetativa!

Me despido con una canción que he descubierto hace poquito. ¡¡Buena semana a todos!! :D



7 de enero de 2016

¡Felices reyes! (con retraso)

Medidas desesperadas en un año sin imaginación alguna para los regalos ¡¡estoy perdiendo mi swing!! xDDD



Espero que pasarais un día de reyes estupendo y que os trajeran muchos regalitos.

Me despido por unos días. Hoy empiezo con uno de mis cambios de 2016: año nuevo, vista nueva. En un ratillo me voy a operar la miopía (ayyyy miedoooo). En cuanto recupere la vista volveré a dar la lata por aquí...

¡Ánimo con la entrada del año y... nos vemos pronto (nunca mejor dicho)!

4 de enero de 2016

María Antonieta de Stefan Zweig

Hoy voy a recomendaros un libro que me ha encantado y es la biografía de María Antonieta escrita por Stefan Zweig.


Había oído hablar de Stefan Zweig pero es la primera vez que leo un libro suyo y, desde las primeras páginas, me quedé atrapada en la historia. Han sido 3 días (lo he devorado, un catarro del averno me ha empujado a la vida vegetativa) en los que me he trasladado al Versalles y París del siglo XVIII. Es realmente impresionante cómo escribe, con qué fuerza y espíritu logra conmoverte y cómo juega con las palabras para presentarte a los personajes como si les tuvieras delante. Por poner un ejemplo, con qué maestría describe las diferencias del matrimonio real: 

"María Antonieta y Luis XVI, en todas sus facultades y caracteres, representan un modelo de antítesis. Él, pesado; ella, ligera. él, torpe; ella, ágil; él, tibio; ella, desbordante;él apático; ella, con nervios como llamas. En el terreno espiritual: él, indeciso;ella resuelta, con excesiva rapidez; discurre él lentamente; tiene siempre ella en la boca un "sí" y un "no" espontáneos; él, severamente devoto; ella, sólo feliz entre mundanidades; él, modesto y humilde; ella, conscientemente coqueta; él, metódico; ella, inconstante; él, ahorrativo, ella dilapidadora; él, demasiado serio; ella, desmedidamente juguetona; él oscuras profundidades con corrientes densas; ella, todo espuma y cabrillear de olas. Él se siente a gusto en la soledad; ella, en el puro estrépito de una reunión; a él, con una especie de oscura satisfacción animal, le gusta comer mucho y beber vinos fuertes; ella no cata el vino y come poco y con ligereza. El elemento del rey es el sueño; el de la reina, la danza; el mundo del esposo es el día; el de la mujer, la noche; así, las agujas del reloj de su vida están siempre en oposición, como el sol y la luna"

Pero no sólo eso sino que he conocido a María Antonieta y su historia no tiene nada que ver con la que yo tenía en mi cabeza. Para mí María Antonieta era lujo, capricho, locura, altanería y dejadez. Para mí María Antonieta era "si no tienen pan, que coman pasteles". Era sólo "Madame Deficit" para mí. 

Y, sin embargo, en este libro Stefan cuenta de manera magistral cómo, después de esa etapa en la que a una niña mimada se le concede todo lo que desea y, ya sufriendo las penalidades de sus últimos años, apareció la mujer. Inteligente, valiente y digna. Es una historia que muestra cómo toda persona, no importa lo frívola que nos pueda parecer, no importa los errores que pueda cometer a lo largo de la vida, lleva dentro de sí un alma valiente por descubrir. Y que, a veces, no es si no en las peores desgracias cuando aflora ese alma. 

"La quietud es un elemento creador. Recoge en sí, purifica y ordena las fuerzas internas; vuelve a juntar lo que ha desparramado la agitación violenta. Lo mismo que en una botella que ha sido sacudida, si se la deposita en tierra, lo pesado se aparta de lo leve, también en una naturaleza turbada, el silencio y la refexión hacen cristalizar más claramente el carácter. Brutalmente obligada a vivir consigo misma, comienza María Antonieta a descubir su propia alma. Sólo ahora llega a ser reconocible que nada ha sido tan fatal para esta naturaleza aturdida, ligera y frívola, como la facilidad con la que el destino la colmó de todo"

El libro descubre también una preciosa historia de amor que yo no conocía. Amor, con todas las letras. Un amor que no murió con el paso de los años y para el cual la distancia nunca fue olvido. He llorado sinceramente con esta historia y aún más sabiendo que fue real. 

Sé lo que podéis estar pensando algunos (mi madre entre vosotros): "uffff una biografía de María Antonieta, qué pereza, si esa historia ya me la sé...". Pero os aseguro que os va a sorprender como me ha pasado a mí. Si lo leéis, ya me contaréis :) 

Me despido con la canción que, casualmente, tenía de fondo cuando leí este fragmento, precisamente sobre esa historia de amor tan bonita.

""Todo me lleva a ti". Es el último grito de pasión amorosa de una mujer que va a morir, y cuyo cuerpo se convertirá pronto en polvo [...] y él que lo recibe en la lejanía, sabe que ese corazón palpitará de amor hacia él hasta su hora postrera. En este saludo de despedida está evocado el pensamiento de la eternidad, la perennidad de sentimiento en medio de lo transitorio. Queda dicha la última palabra de esta grande e incomparable tragedia de amor a la sombra de la guillotina: el telón puede caer ahora".


1 de enero de 2016

2016: en construcción :)









 Feliz año 2016, ¡a por él!



Dejarse llevar suena demasiado bien
Jugar al azar, nunca saber dónde puedes terminar...
O empezar :)