http://www.eluniversodelosencillo.com/sal-con-un-valiente/
Desde entonces tengo mucho más claro que es lo que busco en mi media langosta. Había cosas que ya tenía identificadas pero a esas debo añadir dos:
Que me mire como un minion mira a una banana:
Y que sea un valiente :)
Os dejo con el texto del post:
“No existe hombre tan cobarde como para que el amor no pueda
hacerlo valiente y transformarlo en héroe”. Platón.
El mensaje es claro: sal con un valiente. Esto no quiere
decir que intentes, a ser posible, salir con un valiente, no. Quiere decir que
salgas con un valiente. Con un valiente o nada.
Nadie debería enamorarse de alguien que, tras el tiempo
suficiente, no sea capaz de decirte: “mi apuesta eres tú”. All in. Todo el
mundo merece escuchar, al menos, un “¿sabes qué?, me la juego contigo”.
Al igual que tú, he visto a personas reaprender un deporte
tras perder algunas partes de su cuerpo; he visto a gente trabajar meses o
incluso años sin cobrar y a otros trabajar en un restaurante de comida rápida
para terminar y ponerse a escribir, pintar o bailar porque eso no les da aún de
comer; y he visto a un hombre que no puede vocalizar ni coger un lápiz
revolucionar la ciencia… Y aún así, siempre hay alguien que dice: “no, es que
no es mi momento”, “es que estoy centrado en mi trabajo”, “es que salgo de una
relación” y demás excusas para llevarse el polvo pero dejar el mueble. Si hay
amor se encuentra la manera.
Vivimos en una época donde no hay dragones que matar ni
tierras que conquistar, y donde el acceso a recursos y las oportunidades son
tan abundantes que saber lo que se quiere e ir tras ello constituyen el único
espacio para el heroísmo. Hoy, el (principal) problema no es que no se pueda,
sino que no se quiera lo suficiente. La mayoría de cosas que no hacemos no es
por dificultad, es por falta de amor.
Creo que la valentía es el valor más grande que puede tener
un ser humano. Un valiente arriesga, elige, toma partido, se hace responsable y
crea su destino. Es el capitán de los optimistas, pues no solo ve lo bueno sino
que lo persigue sin negociar. Una persona así solo puede hacer tu vida más
rica.
Como le gusta decir a Álex Rovira, “el coraje, más que la
ausencia de miedo es la consciencia de que hay algo por lo que merece la pena
que arriesguemos. El coraje es la fuerza del amor al servicio de la
consciencia”. Y es que coraje y amor son atributos que se ven en el espejo: el
que ama, arriesga y el que arriesga, ama.
“Detrás de alguien que arriesga, hay alguien que ama.”
Cuando no sepas dónde están esos valientes, fíjate en los
que dicen sí diciendo no, pues detrás de alguien que renuncia hay una persona
que elige, detrás de alguien que elige hay una persona que arriesga y detrás de
alguien que arriesga hay una persona enamorada. Donde hay un valiente, hay un
amante.
Lo que diferencia a alguien valiente de un “cobarde” es que
no se queda parado ante la bifurcación pensando en lo que pierde o en lo que
renuncia, sino que ve en ti una victoria y ganancia suficiente como para no
tener que mirar atrás. No se echa a un lado pensando que siempre puede venir
algo mejor, porque acepta que el mundo es imperfecto, que tú lo eres… que los
dos lo sois. Sabe que lo importante no es ni la realidad, ni lo que hay, sino
lo que podéis llegar a crear, y para eso no hace falta ser perfectos, hace
falta ponerse manos a la obra.
Una persona valiente no está pensando en las chicas o en los
chicos que deja escapar, está pensando en ti. Eres su apuesta y su elección, y
cualquier otro lugar le parece segunda división.
Nunca verás a un valiente haciendo una lista de pros y
contras, porque para ellos el amor no es un mercado ni tú un producto más. Las
decisiones racionales las deja para los yogures o las hipotecas, nunca para sus
sueños. Nadie se hizo rico apostando en pequeñas cantidades.
Los valientes se la juegan porque “esa aventura no se la
pierden”.
Si lo piensas bien, muchos de los dolores de cabeza amorosos
que has tenido podrían haberse evitado saliendo con un valiente. Así que, la
próxima vez que vayas al mercado de parejas de viaje, solo tienes que abrir los
ojos y mirar de una forma que quizás no hayas hecho antes: en lugar de buscar
por la categoría belleza, profesión, estudios, o dinero, busca por la categoría
sé quién soy/sé que quiero. Desconfía de lo pulcro, los cánones y lo
resplandeciente, y fíate de la sangre y lo sucio, pues los valientes están
llenos de arañazos y cicatrices, aunque a veces no se vean. Los valientes se
baten el cobre, son los que bajan a la arena y se la juegan porque esa aventura
“no se la pierden”. Es muy difícil encontrar a un valiente con el traje
impoluto.
Un valiente no entiende la estúpida forma que tiene la
cultura de valorar el éxito o el fracaso y la pérdida o la ganancia, pues cree
que a nadie que lo ha dado todo se le puede exigir nada y que lo único que
verdaderamente se puede perder en la vida no es una pareja, un partido, un
sueldo, etc., ellos saben que lo único que verdaderamente se pierde en la vida …
son oportunidades.
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