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23 de noviembre de 2014

Crucify myself

Una de las sensaciones que más odio es la de sentir ira en mi interior y notar esa especie de opresión que no se va. Y luego encima fustigarme porque me gustaría ser esa persona emocionalmente madura que no siente rabia jamás. Después me doy cuenta de que esa persona no existe y que la solución no pasa por tragárselo todo o por autoconvencerme de que no siento enfado en realidad.

En vez de eso intento hacer lo que creo que es lo correcto.

Me siento tranquila, cierro los ojos y respiro varias veces. Vuelvo a recordar la situación y a continuación doy la bienvenida a todos los sentimientos que me invaden: hola rabia, buenos días ira, qué tal te va resentimiento, ¡cuánto tiempo, envidia!. Y los acepto como humanos. Me permito el sentirlos sin castigarme. Los dejo fluir.

Y termino pensando en la lección a extraer de esa situación, es decir, con lo que me ha provocado, ¿qué puedo hacer yo? ¿qué está bajo mi control? ¿qué debo cambiar?. Muchas veces la conclusión es que debo esperar menos de las personas, otras veces la lección es que simplemente tengo que seguir viviendo mi vida conforme a mis principios, continuar aprendiendo, y desligarme de la opinión de los demás.

Difícil, pero quiero pensar que no imposible, o al menos que poco a poco vamos avanzando.

Buen comienzo de semana.

             
Why do we crucify ourselves?
...
Will you ever learn you're just an empty cage girl
If you kill the bird?

2 comentarios:

  1. Yo intento no tomar nunca decisiones en caliente. Respirar hondo, calmarme, intentar ver las cosas de manera objetiva y seguir respirando. ¡¡Ánimo!!

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  2. Nunca te lamentes por ser humana. Querer mejorar siempre está bien, y conoces a tus malos espíritus mejor que muchos. Pero a veces tendrás que ser un ser humano y no le deberás a nadie, ni siquiera a ti misma, ser otra cosa :)

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