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21 de noviembre de 2015

La sabiduría de la inseguridad

El otro día en clase de meditación mi profesor comentó que íbamos a hablar de la inseguridad (la clase siempre se compone de una primera parte donde hacemos ejercicios de concentración y la segunda parte es un pequeño coloquio sobre temas muy variados). Yo cuando lo oí empecé a dar palmas con las orejas: ¡bien me va a hablar de la autoestima, me viene genial!.

Nada más lejos. De lo que quería hablarnos es de la inseguridad en la que vivimos y viviremos siempre aunque no seamos conscientes.

Desde los atentados de París, en Occidente se está extendiendo un sentimiento de miedo y terror. "Estas navidades no pienso acercarme al centro" comentó un compañero de trabajo. "No voy a ir a los centros comerciales en fin de semana" decía otra chica. Y es que de pronto nuestro mundo se ha vuelto inseguro.

Pero... ¿acaso alguna vez ha sido seguro? ¡Error! Antes de los atentados no estábamos libres de condena. Cualquier día nos puede dar un infarto fulminante, o un accidente de coche o moto, o pueden detectarnos una enfermedad terminal o puede ocurrir que vayamos caminando por la calle, pisemos una cáscara de plátano y demos un triple salto mortal cayendo en una zanja (por poner un ejemplo así típico...xD). Bueno, a esto ahora hay que sumarle el cruzarte un mal día a una mala hora con un terrorista gritando "alahu akbar".

No quiero sembrar el pánico, todo lo contrario, quiero entender que mi mundo nunca ha sido seguro. Y nunca lo será. Y por tanto lo que hay que hacer es entrenar lo que en el mundo del yoga se conoce como "la sabiduría de la inseguridad" que no es más que vivir felices aceptando todo aquello que no podemos controlar.

¿Cómo?

En primer lugar tratando de calmarnos y serenar nuestra mente. Para mí la meditación va a ser clave porque ayuda a ver las cosas como son y a tranquilizarnos. A aceptar que, aunque sería una pena morir ahora sin haber vivido muchas cosas que quiero vivir (el amor o tener hijos, que recientemente he descubierto que quiero tenerlos en el futuro, y lo quiero mucho) si me toca, me toca, es mi hora y qué le vamos a hacer, por lo menos que me quiten lo bailado hasta ahora :)

En segundo lugar, no cediendo al terror y continuando el baile. Sí, yo soy la primera que ha pensado en cancelar ciertos planes porque eran aglomeraciones o por otros motivos, pero no lo voy a hacer. Porque vivir así no es vivir. Y porque si mañana me toca irme de aqui quiero irme con la sensación de que he exprimido al máximo mi vida.

Bueno, sólo quería compartir esta lección sobre la sabiduría de la inseguridad porque creo que es muy apropiada para los tiempos que estamos viviendo. Y porque si entrenamos esa sabiduría seremos capaces de apreciar que, a pesar de todo el terror, la vida sigue siendo preciosa, llena de momentos bonitos, personas a las que queremos y que nos quieren y emociones y sentimientos que son un regalo. No dejemos que el miedo nos las empañe.

Que tengáis buena semana.


4 comentarios:

  1. Palabras necesarias y 100% de acuerdo :)

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  2. Por supuesto. Vivir cada dia e ir tachando lineas del listado de cosas pendientes! :)

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  3. Lo peor que podemos hacer es sucumbir al miedo. Siempre hay que seguir hacia delante sin miedo!!! Bss!!

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