Pages

1 de abril de 2020

Ganas de hacer deporte en cuarentena

Bueno... pues, como decíamos ayer... xDDD

En cuarentena y, sobre todo, teniendo en cuenta que nos amenaza un bicho asqueroso que quiere poner en jaque nuestras defensas, es importante hacer deporte, si no a diario, yo diría que al menos 5 días a la semana. Además, que otra cosa no, pero tiempo hay.

Hay personas afortunadas en esta vida a las que les nace de manera natural un deseo de realizar ejercicio físico. Yo no soy una de esas personas. A mí lo que me nace de manera natural es zamparme una hamburguesa con patatas fritas y helado mientras, desde la comodidad y los brazos tentadores de mi sofá, veo alguna película.

Si tú eres como yo, deberás recurrir a artimañas mentales para sacar fuerza de voluntad y hacer ejercicio.

Hoy quiero compartir las ideas a las que recurro cada día para conseguirlo y, oye, de momento, he cumplido y llevo 3 semanas entrenando 5 días a la semana. Nada mal.

HAZLO SIN PENSAR.

Esta táctica es oro. Consiste en no dar tiempo a nuestra mente de darnos "LA EXCUSA". Y es que nuestra mente es puñetera y no se conforma con excusas tontas sino que a veces nos da argumentos totalmente convincentes, véase "hoy he trabajado mucho y me merezco descansar", "si entreno tantos días puede que me lesione y no está el horno para lesionarse" (bueno, esta roza la excusa tonta porque ni que mis entrenamientos fueran como los paseítos mañaneros de Kilian Jornet)...



Que yo lo que hago son vídeos de Patry Jordan (que dios la bendiga)

Bueno, pues lo que hay que hacer es marcarse una hora para hacer ejercicio y, cuando llegue esa hora, ir sin que nada nos detenga a ponernos la ropa de deporte. Mientras vamos a la habitación, mientras cogemos la ropa, nos la colocamos, nos calzamos, la mente estará como loca lanzando mensajes desesperados: "Noooooo", "Perezaaaaa", "No quieroooooo", "Qué horroooooooor". Bueno, pues ahí tenemos que forzar el pensamiento "no lo pienses, solo hazlo". Y continúa hasta acabar el entrenamiento. Una vez que entras en harina, todo es más fácil. Y luego, las cosas como son, te sientes genial después.

VISUALIZAR NUESTRAS DEFENSAS.

Yo estoy asumiendo que, tarde o temprano, el bicho coronavírico me cazará. Esto es muy probable. Espero que no sea ahora, con toda la congestión del sistema sanitario, pero cuando todo vuelva a la normalidad (o a una cuasinormalidad), es muy probable que nos vayamos contagiando los que ahora estamos encerrados y aparentemente bien. Por eso esta época tiene que servir para refozar las defensas. Ya es malo que no podamos salir al aire libre o que no nos dé el sol, pero al menos la alimentación saludable y el deporte, tienen que estar presentes.

Así que, cuando me entra la pereza o cuando estoy en pleno entrenamiento echando el hígado, intento visualizar que cada salto, cada sentadilla, cada gota de sudor que noto por mi cuerpo, está haciendo que las defensas de mi cuerpo aumenten y se fortalezcan para luchar contra el bicho.

Un abrazo emocionado a todos los que, como yo, siguen imaginándose lo que ocurre dentro de nuestro cuerpo como en "La vida es así". 

DAR GRACIAS POR PODER HACERLO.

Esta la descubrí ayer y fue muy poderosa, de hecho creo que fue el día que entrené con mayor motivación. Se la debo a Emelie Forsberg. Para los que no la conozcáis, Emelie es una pedazo de atleta, campeona de miles de carreras de trail running (o lo que viene siendo correr tropecientos mil kilómetros y encima por montaña). Pero eso no es lo que más admiro de ella (que también, no nos engañemos) sino que es una de esas personas con alma. Tiene una sencillez, una humildad y desprende una bondad que no puedo dejar de admirarla, de verdad. Me encantaría ser más como ella. Es una persona calmada, que siempre tiene una sonrisa sincera cruzándole el rostro, una persona que valora las cosas simples de la vida: vivir en su granja, estar en contacto con la naturaleza, disfrutar con su familia, correr y esquiar cada día, cuidar de su huerto y hornear cosas ricas.

Pues bien, Emelie contaba en una entrevista que leí ayer, que cuando ella corre, a pesar del dolor y el agotamiento, disfruta cada segundo porque es consciente del regalo que supone poder correr. Tan simple como esto. A día de hoy, con tantas y tantas personas en los hospitales, pasándolo mal, somos unos privilegiados si podemos calzarnos las zapatillas de deporte y hacer ejercicio. Es un regalo y hay que agradecer que podamos hacerlo.

No sabéis la fuerza que me dio este pensamiento. Me lo quedo y, cuando todo esto termine, que terminará, espero poder usarlo en futuros retos que me proponga.


Surely you do sometimes lose your sense of humor in a race?"
Emelie: “I don’t think I’ve done that. Even at Diagonale des Fous, running for 31 hours, I could appreciate some kids running with me when I was feeling destroyed. I felt lucky that they wanted to run with me and [that I was] able to put one foot in front of the other. It’s a privilege. Everyone who can run and finish a race, we are privileged. When I start a race, I want to do well, to do my best. But I’m also really grateful to be there, to be able to run. That’s why I’m happy when I run, because I feel grateful. Of course it can be shitty–bad weather or bad feelings–but they are just small things on the big page.”

Y, con esto y un bizcocho, voy a hacerme la comida.

Me gusta estar de vuelta :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario